Verdi : Un Ballo in Maschera

Director: Stefano Ranzani

Interpretes:

  • Mariana Pentcheva (Ulrica)
  • Adriana Damato (Amelia)
  • Roberto Aronica (Riccardo)
  • George Petean (Renato)
  • Elizabeth Bailey (Oscar)

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Complete Cast:

Adriana Damato: Amelia
Roberto Aronica: Riccardo
George Petean: Renato
Mariana Pentcheva: Ulrica
Elizabeth Bailey: Oscar
Francesco Palmieri: Samuel
Manrico Signorini: Tom
Sacha Michon: Silvano

La joven soprano italiana Adriana Damato (Bari, 1975) es una de las cantantes más destacadas de su generación. Una carrera que se va consolidando con el tiempo a base de ampliar su repertorio con una selección acertada de diversos personajes idóneos para su voz: ágil y de bonito timbre, potente y bien proyectada, con un matizado fraseo, le permite afrontar con gran musicalidad y delicadeza ese canto tan típicamente verdiano. Su actuación vocal se complementa con una nada desdeñable actuación escénica. Combina con habilidad el riesgo que supone cantar papeles de óperas muy poco representadas con la interpretación de papeles más conocidos. Tras haber ganado el Primer Premio en el Concurso Operalia 2003, ha interpretado óperas de Mozart, Puccini o Verdi, entre otros, en varios teatros importantes del mundo, desde Italia, Suiza o Austria hasta España, Portugal y Estados Unidos. También ha participado en diversas grabaciones, entre las que cabe destacar Così fan tutte de Mozart, Edgar de Puccini e Il Corsaro y Aroldo de Verdi, ésta última en directo desde el Teatro Municipale di Piacenza en 2003. Su carrera ascendente, sin embargo, no ha cambiado su personalidad cercana, sencilla y humilde.

Usted ha interpretado los personajes de Lina en la ópera Stiffelio y Mina en Aroldo, dos óperas ambientadas en épocas distintas pero con grandes semejanzas en lo que a la trama se refiere, aunque diferentes desde el punto de vista musical. ¿Cree que existen grandes diferencias entre ambos personajes, que la vocalidad verdiana y la importancia que daba al fraseo ha cambiado mucho de una ópera a otra y también en relación con otros personajes verdianos?

Interpreté el papel de Lina en Stiffelio en la Opernhaus de Zürich y el personaje de Mina de Aroldo, en el Teatro Municipale de Piacenza y recientemente en el Palacio Euskalduna de Bilbao, ambas representaciones con escenografía de Pier Luigi Pizzi. Aroldo es una revisión aumentada de Stiffelio y no sólo porque tenga un acto más, el de la tempestad y, por tanto, un mayor desarrollo argumental. Por desgracia, son óperas poco representadas, pero en las que se ve que el estilo y la técnica compositiva de Verdi han evolucionado sobre todo desde un punto de vista vocal. Aunque Verdi haya aprovechado algunos pasajes musicales de Stiffelio en Aroldo, ésta es más importante para la soprano, para el barítono y para el tenor. El personaje de Mina es muy difícil porque la vocalidad requiere una gran extensión del grave al agudo, por momentos con acrobáticos saltos de octava, especialmente en su gran escena del Acto II, con el aria “Ah dagli scanni eteri” seguida de la cabaletta “Di mia madre l’ombra irata” ambas de gran dificultad por sus reminiscencias belcantistas, pero ya, dentro de ese concreto estilo verdiano. Pienso que Mina tiene más dificultad vocal y resulta más complejo que la Lina de Stiffelio.

Me gustaría que hubiese más humildad y menos divismo en el mundo de la ópera

Asimismo, ha cantado papeles puccinianos, como Mimí de La Bohème y Fidelia de Edgart, y mozartianos, como la Elvira de Don Giovanni, Fiordiligi del Così fan tutte o Vitelia de La Clemenza di Tito. ¿Tiene previsto añadir otros personajes a su repertorio en breve?

¡Sí!, interpretaré el papel de Micaela de Carmen de Bizet. Me gusta este personaje y el proyecto me hace mucha ilusión porque además de ser una gran ópera será la primera vez que cante en francés, pues hasta ahora he cantado en italiano. Mi debut en este papel se producirá en Berlín con dirección de Daniel Barenboim y junto a uno de los mejores Don José actuales: el tenor Jonas Kaufmann.

Ha trabajado con artistas de la talla de Plácido Domingo y Daniel Barenboim. Hábleme sobre estas experiencias…

Plácido Domingo me invitó a Los Angeles para cantar el papel de Ilia de la ópera mozartiana Idomeneo. Trabajar con él fue toda una experiencia. Es un buenísimo cantante, un gran músico, un profesional muy completo, además de una persona muy cercana y amable. Voy a coincidir próximamente con él cantando la María-Amelia del verdiano Simon Boccanegra, donde él interpretará por primera vez el papel titular, metido en la tesitura de barítono. ¡Domingo puede con todo!

Daniel Barenboim es un gran músico, y uno de mis directores preferidos. Próximamente volveré a trabajar con él en las ya mencionadas Carmen y Simón Boccanegra en el Teatro alla Scala de Milán. Es una persona que me ha sorprendido porque valora mucho la espontaneidad en el trabajo.

Asimismo, ha cantado bajo la dirección de Zubin Mehta y también con Andrea Bocelli …

Zubin Mehta, es uno de los mitos vivientes de la dirección orquestal, también es un extraordinario músico. Tuve la oportunidad de trabajar con él en el Maggio Musicale Fiorentino y lo que más me llamó la atención, además de la musicalidad que consigue extraer de los cantantes en sus interpretaciones, es que logra que te sientas bien cuando cantas y que disfrutes de la experiencia.

Con Andrea Bocelli tuve la oportunidad de cantar enla Piazzadel Duomo de Milán. Es también un cantante buenísimo y lo que más me llama la atención de él es su humildad.

Cambiando de tema, ¿cree que la crisis económica está afectando al mundo de la lírica? ¿Cómo ve el panorama actual del mundo de la ópera?

Sí, la crisis afecta también al mundo de la ópera – se nota mucho en el caché de los cantantes, por ejemplo-. De todas formas, la lírica no ha recibido demasiado apoyo por parte de las instituciones y ahora con la crisis aún menos. Por otra parte, tengo la sensación de que en España se llevan a cabo cada vez más iniciativas en este sentido, pero la situación en Italia es preocupante. Se invierte mucho dinero en televisión y en deporte y poco en la cultura, lo cual, teniendo en cuenta la importancia que ha tenido Italia desde el punto de vista artístico a lo largo de su historia, es una verdadera lástima. Yo he tenido la oportunidad de cantar en Austria y en Alemania, y en esos países se ve cómo la gente está acostumbrada a ir con frecuencia a ver óperas y conciertos. Para los alemanes y los austríacos es una especie de hábito adquirido asistir a estos espectáculos, también porque las instituciones han realizado un gran esfuerzo por acercar la música clásica al público. Sin embargo, en Italia esto no sucede.

Por otra parte, continuando con su pregunta sobre el panorama actual de la lírica, creo que los concursos de canto deberían incentivar aún más a los jóvenes cantantes. Reconozco que el premio que obtuve en el Concurso Operalia en el año 2003 fue determinante en mi carrera profesional, pero incluso los concursos menores podrían resultar de mayor ayuda para los jóvenes cantantes que empiezan su carrera, y no sólo desde un punto de vista económico, sino también y sobre todo profesional mediante la programación de conciertos, por ejemplo.

Los concursos de canto, incluso los menores, deberían apoyar aún más a los jóvenes cantantes que empiezan

¿Cómo surge su afición por la música y el canto? ¿Hay antecedentes familiares?

Yo aprendí a cantar cerca de Bari con una profesora muy buena que me enseñó prácticamente todo lo que sé. Tuve mucha suerte con ella, también porque supe intuir y comprender lo que ella quería conseguir de mi voz, algo que es muy difícil de lograr. No hay antecedentes en mi familia. A mi madre le gusta mucho la ópera pero no pudo dedicarse a ella profesionalmente. Le hace mucha ilusión que yo haya podido realizar ese sueño.

¿Le resulta difícil conciliar la vida profesional con la vida privada?

Sí, es duro conciliar la carrera profesional con la vida privada. Estás fuera de casa mucho tiempo, lejos de tu familia, hay muchos momentos de soledad, pero el esfuerzo y el sacrificio merecen la pena.

Y para finalizar, ¿querría añadir una última reflexión a esta entrevista?

Sí, quisiera decir que me gustaría que hubiese más humildad en el mundo de la ópera y que se diera más importancia a cantar y a hacer música desde dentro, a expresarse con los sentimientos y con las emociones de una manera sincera, en lugar de priorizar o centrarse tanto en la fama, el dinero, el físico, el glamour y el estrellato.