Libreto: Hugo von Hofmannsthal
· Compuesta entre 1914-1917
· Estrenada en el Hofoper de Viena el 10 de octubre de 1919 con dirección de Franz Schalk, Maria Jeritza como la emperatriz, Lotte Lehmann como le esposa de Barak, Richard Mayr como Barak, Lucie Weidt como la nurse , Karl Aagard-Oestvig como el Emperador.
Esta obra había sido originalmente dispuesta para ser la sucesora inmediata del Caballero de la Rosa y había sido sugerida por Hofmannsthal en 1911 (año en que fallece Gustav Mahler a los 51 años de edad).
Sin embargo, los tiempos originales se modificaron, dándole proriedad al proyecto de Ariadna en Naxos.
Después del estreno de Ariadna en 1912, siguió el ballet La leyenda de Jose (Josephslegende) que se estrenó en París en 1914 y todavía faltaba completar la Sinfonía Alpina.
No fueron fáciles los meses precedentes a ese estreno.
El contrato de Strauss con la flamante Opera del Estado de Viena fue muy resistida por casi todos sus componentes; los principales motivos eran el alto salario prometido a Richard y la mudanza parcial del sitio natural de realización de los conciertos de la Filarmónica (bajo la dirección de Wingartner).
Para mantenerse fuera de la cuestión, Strauss se trasladó fuera de Viena hasta que un grupo de notables (Zwig, Georg Zell y Alma Mahler entre otros) lo convencieron para volver.
La Mujer sin Sombra no fue una obra que en su comienzos poblara los teatros y se representara frecuentemente, incluso debió pasar mucho tiempo antes de cruzar el Atlántico, viéndose por primera vez en New York en 1966 (aunque la primer representación en USA se llevó a cabo en Texas).
En Italia se estrenó en 1938.
Personajes:
· El emperador-tenor- ( Domingo, James King, Kollo)
· La emperatriz, su mujer. -soprano- (Julia Varady, Leonie Rysanek, Studer)
· La nurse -mezzo soprano- (Reinhild Runkel, Ruth Hess, Schwarz)
· Espíritu Mensajero -barítono- (Albert Dohmen)
· Barak -bajo-barítono- (Jose van Dam, Walter Berry, Muff)
· La esposa de Barak -soprano- (Hildegard Beherns, Birgit Nilsson, Vinzing)
· La voz del halcón -soprano- (Sumi Jo).
Otros: Aparición de un Joven-tenor-, La voz de Arriba -contralto-, El guardian del Umbral -soprano o contra tenor, los hermanos de Barak (el-de un-solo-ojo -bajo-, el de un solo brazo -bajo- , y el jorobado-tenor-), las voces de los niños nonatos -6 sopranos y contraltos-, voces de los guardianes nocturnos -3 bajos-
Los intérpretes entre paréntesis corresponden a las siguientes versiones:
– 1989/1990: Filarmónica de Viena, Solti, DECCA
– 1977: Filarmonica de Viena, Böhm, Deutsche Grammophon
– 1987: Bayerische Rundfunk, Sawallisch, EMI.
Otras versiones:
– 1943: Opera del Estado de Viena, Böhm, Ralf, Konetzni, Höngen, Hermann, Schulz.
(Extractos)
– 1954: Bayerische Staatsorchester, Kempe, Hopf, Rysanek Benningsen, Metternich,
Schech
– 1955: Filarmónica de Viena, Böhm, Hopf, Rysanek, Höngen, Schöffler, Goltz
– 1963: Bayerische Staatsorchester, Keilberth, Thomas, Bjoner, Mödl, Fischer-Diskau,Borkh.
– 1996: Opera del Estado de Dresden, Sinopoli, Heppner, Voigt, Schwarz, GrundheberHass
Muchos biógrafos de Strauss y en especial Norman Del Mar, desciben un período de “letargo mental” durante los años inmediatamente posteriores a 1913, como si Elektra hubiese sido demasiado y la maquinaria tuviese que enfriarse antes de volver a girar a miles de revoluciones por minuto. Quizás tuvo que ver en ello la muerte de Gustav Mahler en 1911
El impacto de La Mujer sin Sombra sorprende especialmente por las novedades que Strauss nos arroja.
Mientras trabajaba en ella, Richard se “entretenía” con entremeses como el ballet de la Leyenda de Jose . Este contraste entre lo extravagante y lo apasionado, entre lo liviano y lo misterioso, es una de las aristas que más subyugan en Strauss.
Esas distracciones, provocaron que se apartase de la línea musical original escogida. Así, vemos como finalmente en la Mujer sin Sombra se hallan numerosos ejemplos wagnerianos-like.
No quiero significar que eso sea “malo”, sino que parecía ser algo superado
Recordemos que el estreno del Caballero de la Rosa había sucedido en enero de 1911 y que recién Strauss se vuelve a reunir con Hofmannsthal en Italia en marzo de 1913.
Obviamente, ya se habían cruzados decenas de cartas en donde Strauss pedia (casi demandaba) y su libretista estrella planeaba.
Más que sobre ideas, el proyecto se centró en simbolismos, tantos que fue menester -para que especialmente Richard lo tuviese claro- elaborar una primer versión en forma de prosa (Erzählung –narración-) para 1919, con una longitud algo menor que una novela.
Entre esta versión y la posterior ópera finalizada existen significativas diferencias
Hofmannsthal había trabajado sobre la leyenda de Semiramis incluso antes de su trabajo en Elektra; en especial sobre ideas de Calderón de la Barca.
Otra fuente de hipótesis musicales fue un cuento de Hauff: Das Kalte Herz -cuento Alemán con gigantes y gnomos.
Esa última idea fue muy del agrado de Strauss, pero no tanto de Hofmannsthal, que prefería guardarla para un relato del tipo de Feursenot.
Buscando siempre leyendas aún más allás de las fronteras europeas, Hofmannstahl buceó en “Mitos de Oriente y Occidente” de Bachofen y lógicamente en “Las mil y una noches”.
Por el lado musical, el antecedente más cercano es la “Flauta Mágica” y no solo por lo fantástico, sino por el enfrentamiento de dos parejas con marcadas diferencias.. Tendremos al simil de Soroastro encarnado en el espíritudo del rey Kaikobad, personaje ya mencionado por Omar Khayyam.
La construcción de esta ópera tuvo varios intervalos, principalmente por haberse realizado en medio de la guerra. De esta forma, tuvo casi 2 años de pausa entre el 2do. y 3er acto.
Claro que no eran tiempos perdidos, ya que en uno de esos lapsos terminó su Sinfonía Alpina.
Estas pausas no fueron frecuentes en Strauss, quien solía decir que para él componer era “como para la vaca dar leche”.
Veremos luego que no será coincidencia que el 3er. acto haya sido el más lento en su finalización (algo más de 9 meses) , ya que encierra complejos laberintos psicológicos y díficil tratamiento creativo.
a) Estructura teatral.
Hofmannsthal planeó la obra en tres actos divididos en ocho escenas, con la base de algunos segmentos autobiográficos (Ad me ipsum).
Es tan complejo ordenar este aluvion de simbolismos, que he preferido primero hacer una síntesis sin respetar el orden musical y luego sí, guiarnos por el libreto mismo siguiendo paso a paso el desarrollo del pentagrama.
El centro de la escena estará absorvida por 2 parejas:
1) la terrenal, Barak y su esposa (casi ningún personaje en esta obra tiene nombre propio)
2) y la que mora en sitios fantásticos más allá de nuestro entendimiento: el Emperador y la Emperatriz. Su castillo no está situado ni el mundo espiritual ni en el terrenal, pero sí en un puente entre ambos .
Esas dos parejas encierran el cruce de dos formas de pensamiento:
1) el cuasi fatalismo, por el que se acepta con resignación el destino
2) y el de purificación ante la resignación y sacrificio.
Ambas vías, chocarán contra la redención.
De esta forma veremos:
· un plano espiritual bajo las reglas y condiciones de Kaikobad
· el materialismo y crueldad del mundo humano
· entre ambos, un especio de limbo en donde las cosas suceden bajo influencia de los otros dos planos
El común denominador del drama: la esterilidad y la imagen de su consecuencia: la mujer sin hijos…la mujer sin sombra!.
Un quinto personaje rodea a la pareja dorada,con misteriosos y mefistofélicos objetivos: la nurse. Está obligada a vivir en ese plano medio entre lo espiritual y lo humano.
Ella nos cuenta de los felices que son y que “…no hay una noche durante los 12 meses que él no la desee…”.
La Emperatriz es hija de otro personaje fantástico, Keikobad, que habita en un sitio con gran semejanza con el Purgatorio: el país de las Montañas de las Siete Lunas.
Un regalo de su padre en forma de talismán mágico, permite a la Emperatriz que cambie de forma según su deseo.
De esa forma es hallada en forma de cervatillo y capturada por un ser vivo, el Emperador (Emperador de las Islas del Sur-Este) durante una jornada de caza.
Bien, hasta acá todo sencillo. Sin embargo, los problemas para nuestro entendimiento terrenal se comienzan a complicar cuando la Emperatriz reconoce que carece de sombra y que esto puede repercutir en el Emperador en una forma tenebrosa (convertirlo en piedra!!).
Nuestra heroína sabe que la solución podría estar en la Tierra, sitio al cual podría ir siempre y cuando cumpliese una serie de pruebas pero fundamentalmente si quedase embarazada de su marido o si recuperase su sombra (lo que intrínsecamente es lo mismo).
La duda nos carcome: es real la pasión entre los dos celestiales personajes o más bien una obsesión por la maternidad frustrada?.
Por otra parte, varios versos de la Nurse nos hacen dudar también de la fortaleza de ese amor, señalando que el Emperador es esencialmente un cazador y un amante “….a primer vista el duerme alejado de ella y cuando aparecen las estrellas regresa a su lecho conyugal….”.
Y luego:”…..las noches de él son los días de ella mientras que los días de él son las noches de ella….”.
Mi impresión es que la Emperatriz es un trofeo de caza más para el Emperador, pero habrá sido igual para Hofmannsthal?.
La primer gran dualidad es que en caso de que la Emperatriz pueda quedar embarazada, ella estará destinada a perder el mundo espiritual para siempre, mientras que si no lo hace en el lapso de doce lunas, provocará la petrificación del Emperador.
Un segundo punto clave es la pérdida del talismán. Encontrarlo, para la Nurse, es la llave para escapar.
Cuando el halcón se lo devuelve, la Emperatriz entiende el significado de no tener sombra y es la búsqueda de dicha sombra el tema fundamental de esta ópera.
Lo que no nos queda muy claro es si la posesión de la sombra será expresión de maternidad por sí sola o bien de la posibilidad de un futuro embarazo.
Finalmente la Emperatriz decide conseguir una sombra por sí misma. Poder tener un hijo la volvería más terrena, más mortal….
Simultáneamente en la tierra, en casa de Barak el teñidor de telas, éste vive junto a su esposa fuerte de carácter y sus tres desagradables hermanos (uno sin un ojo, otro sin un brazo y el tercero jorobado) – más por sus forma de ser que por su apariciencia física-.
La pareja vive atormentada por la falta de hijos, espacio imposible de llenar por los 3 hermanos de Barak. La bondad de éste contrasta con la frialdad de su espejo el Emperador.
La mujer de Barak parece estar resignada a su esterilidad, sobretodo cuando la Nurse a la manera de un embajador de los que están por arribar, la interroga inquisitivamente tentándola con impensables bienes materiales para que cambie de opinión. Quiere comprarle su sombra
Es una sensación altamente contrastante su femineidad y la forma en que esta mujer rechaza la maternidad, quizá como consecuencia reaccionaria de Strauss y Hofmannsthal al creciente papel protagónico de la mujer en la sociedad alemana.
La intrigante Nurse incrementa sus esfuerzos en el segundo acto, llegando a tratar de hacer pensar a la mujer de Barak en un amante secreto. Para ello realiza conjuros y llama al espíritu de un Joven Imaginario, extraído de los sueños de la Mujer.
Las fuerzas espirituales de la Mujer de Barak flaquean y casi cede por completo. Finalmente vece la tentación y huye hacia su morada junto a Barak. No solo no ha caído en la infidelidad sino que ha conservado su sombra.
La Emperatriz ha sido testigo de toda la trama y comienza a crecer en ella el remordimiento.
En el tercer acto, nuevamente situados en el mundo espiritual casi fantástico, Barak y su mujer están prisioneros, en cuevas separadas. Los cantos de los Niños no Nacidos los atormentan.
La Emperatriz se enfrenta a la Nurse. Admira la fortaleza de los humanos; en realidad los envidia. Finalmente rompe todo lazo con las fuerzas ocultas que identifican a la Nurse.
En contacto espiritual con su padre, decide renunciar a la posibilidad de tener una sombra y sacrificarse en pos de un perfil terrenal.
En un esfuerzo más para seducirla y hacerla cambiar de opinión, se le ofrece una fuente de agua dorada.
El Guardian del Umbral, custodio de la fuente, quiere convencerla para que beba de la misma y de esa forma conseguir la sombra de la mujer de Barak.
Ella oye los distantes lamentos de la pareja cautiva y rehusa a tomar el “agua de la vida”.
En ese momento aparece la imagen de su marido. El Emperador se yergue petrificado a excepción de sus ojos.
La Emperatriz sabe que si bebe del agua, no solo conseguirá la sombra sino que liberará a su esposo del martirio. Sin embargo, rehusa a hacerlo.
Gesto heroico o pago de su sensación de culpa?
El sacrificio tiene su recompensa y mientras que las luces hacen su juego en el escenario, aparece la sombra deseada. El emperador comienza a moverse y baja desde su trono rodeado de voces de niños que ahora sí podrán tener.
Barak y su mujer son liberados. Las dos parejas cierran la obra bajo el poder del sacrificio y el amor.
Antes de continuar con el desarrollo musical, recordemos que durante el amplio lapso que transcurrió entre las dos versiones de Ariadna en Naxos, Strauss y Hofmannsthal pretendían regresar a los laberintos psicológicos de Elektra, esta vez bajo la forma de cuento fantástico (o de hadas si le gusta más al lector).
Para ello, las instrucciones de Strauss habían sido claras: pretendía que el nuevo producto fuese a la Flauta Mágica lo que el Caballero de la Rosa había sido a Figaro.
b) Estructura Musical.
Producida para una gran masa orquestal, La Mujer Sin Sombra tiene todos los ingredientes para hacer pensar que ha sido la cúspide straussiana en lo que ópera se refiere.
Es posible que el enorme despliegue musical, incluyendo exóticos sonidos y poco frecuentes instrumentos, haya sido un recurso que Strauss eligió para mitigar las intrincadas vueltas del libreto.
Los espacios entre el texto, fueron resueltos con ocho interludios orquestales que sirven de plataforma para la creación de los diferentes climas y estado de ánimo de los protagonistas.
Acto 1
Tiempo: pasado mítico
Lugar: islas del sud-este.
El Castillo Azul de los Emperadores se ubica muy lejos del sitio donde viven los mortales.
Todos los días el Emperador practica su deporte favorito: la caza con halcón
Al finalizar cada mes, Kaikobad especie de divinidad todo-poderosa envía al palacio diferentes mensajeros con el propósito de averiguar sobre la sombra de la Emperatriz.
La que suele responder a esas preguntas es la Nurse, informado a cada uno de los mensajeros arribados en cada una de las 12 lunas. Su reporte es preciso y en ellos, no puede ocultar su satisfacción por el fracaso de la Emperatriz de conseguir su sombra, ya que de esta forma ella podrá volver al mundo espiritual.
Sin obertura, el telón se corre para mostrarnos una habitación desde cuyas ventanas se adivinan los palacios imperiales.
La Nurse se encuentra en la semi-sombra antes de entrar. Cree ver una luz -la orquesta se expresa con un relámpago de arpas y flautas- que a la manera de un cometa desciende de los cielos y en ella la llegada de Kaikobad, Señor del Mundo Espiritual.
Corre hacia el sitio donde se supone encontrará al Todo-Poderoso para asegurarle que ha cuidado a su hija (la Emperatriz) durante su ausencia; sin embargo, no es Kaikobad el que aparece sino su Espíritu Mensajero Nro. 12 envuelto por una luz azul.
Este le recuerda que once mensajeros ya la han visitado en cada luna y que ninguno tuvo la respuesta si la Emperatriz ya había tenía una Sombra.
Musicalmente, esta expresión pasa por dos temas, uno que se refiere a la sombra y el segundo que se enlaza con la posterior descripción de la Nurse sobre las características “cristalinas” del cuerpo de la Emperatriz.
Es un diálogo siniestro, en done existen algunas diferencias entre la ópera y el Erzählung; la principal es que en éste último se expone el concepto de la predestinación para realizar una serie de pruebas (en forma semejante a la Flauta Mágica).
La Nurse responde al Mensajero que todavía eso no se ha logrado y que “la luz pasa por su cuerpo como si fuese de cristal”.
Keinen! Bei den gewalt’gen Namen.
(No, por todos lo nombres poderosos!)
………………………………………………..
Durch ihren Leib wandelt das Licht,
(la luz pasó por su cuerpo
als wäre sie gläsern
(como si ella fuese de vidrio)
El Mensajero le reprocha por haber dejado raptar a la Emperatriz.
La Nurse le responde que fue imposible evitarlo ya que Kaikobad la había dotado de la posibilidad de transformarse en un pájaro o una gacela.
Es extraño que poco se menciona a la madre de la Emperatriz, por no decir nada.
Si fue el producto de la unión entre una deidad y una humana, es posible que hubiese heredado de esta última “su lado flaco”.
Es precisamente a la humanidad entera la que Strauss identifica con un nuevo tema, que se convertirá en uno de los principales de la ópera. Además, es esta la llave para comprender los hechos que luego concatenarán a la Emperatriz con los humanos mortales.
El Mensajero le reclama ver a la Emperatriz, pero la Nurse le contesta que no está sola, sino con el Emperador, como sucede casi todas las noches. Este solo se dedica a cazar por los días y a estar con su mujer por las noches.
Finalmente, el Mensajero le advierte que solo quedan tres días (nunca sabremos de donde o cómo surge ese lapso), después de lo cual si la Emperatriz no consigue su sombra tendrá que volver con Kaikobad.
Eso le encanta a la Nurse porque implica su libertad para volver al mundo espiritual.
Pero, por otro lado, la sentencia tiene otra consecuencia que parece no serle de su agrado: el Emperador se transformará en piedra!.
Es interesante como la orquesta, al igual que en Elektra con Agamenon, nos arroja el nombre de Keikobad a través de las Tubas.
Casualmente, ambos los dos personajes nombrados no aparecerán en ninguna de sus respectivas óperas; sin embargo, son pieza clave en sus desarrollo y desenlace.
Es el momento de que violines y violas nos presente el tema de amor del Emperador. Comienza con un solo de violín, al que se agrega luego una viola (que desarrolla el tema de la Emperatriz).
El Mensajero ( con su tema musical) le advierte que en la búsqueda de la sombra, la Emperatriz puede encontrar el Agua Dorada de la Vida.
Bruscamente vemos al Emperador, al mismo tiempo que el Mensajero se desvanece.
Anuncia su intención de llevar sus caballos y perros hacia las montañas de la luna y al lago donde halló a la Emperatriz por primera vez.
Con detalles, cuenta como la gacela se transformó en mujer y pudo ser capturada con la ayuda del halcón rojo.
Al nombrar al halcón escuchamos su tema (clarinetes, pícolo y oboes) que para mi sorpresa , en la espléndida versión de Solti, interpreta Sumi Jo (recuerde el lector que esta versión fue grabada durante 2 años!).
El motivo del halcón, preludia dos nuevos temas del Emperador.
El primero:
In der Trunken heit der ersten Stunde!
en donde se condena la deserción del ave luego de haberla herido involuntariamente. Mientras tanto dedica las presas cazadas a la Emperatriz y encarga a la Nurse que la cuide mientras el se ausenta durante los tres días siguientes (justo los tres días que falta para que venza el plazo!!)
Acaso el Emperador tenía conocimiento del plazo de 3 días y no quiere estar en el palacio hasta que finalice el mismo?
El segundo tema es más apasionado, finalizado por un breve fotísimo de la orquesta que incluye en sus últimos acordes, parte del tema de la Petrificación
En realidad, la luz se enciende cuando el Emperador comienza con
Bleb und wache
(Quédate y observa)
Quizá sea este segmento por el que Michael Kennedy comenta que es el primer acto la piedra fundamental de esta ópera y hasta lo denomina locus classicus para los estudiosos de Strauss.
Es un momento inesperado: un tenor straussiano!. Tono apasionado. Un poco más de 5 minutos brillantes!!
La Nurse despide al grupo de sirvientes que habían acompañado al Emperador durante la caza. Los hace mover silenciosamente para que no sean vistos por la Emperatriz. Tiene por ella sentimientos mixtos, especialmente por haber sido seducida por un mortal.
Aparece la Emperatriz precedida por un solo de viola, al que siguen un violín y ligeros vientos. Como una salida de sol en verano; todo brilla incluso su sonrisa.
Ist mein Liebster dahin
(Se ha ido mi amor?).
La Emperatriz surge desde su dormitorio, molesta por haber sido despertada tempranamente y además por no haber podido acompañar al Emperador.
Había perdido su talismán y ahora debía buscarlo. Su tema ahora, es de un ave primero y del viento después.
Lo siguiente no puede ser interrumpido, así que desconecte el teléfono durante los próximos 8 minutos. Primero el espléndido duo de la Emperatriz y la Nurse bajo acompañamiento de cámara, incluyendo arpas y celesta.
Para entenderse lo que no puede desprenderse de lo que sucede en el escenario, digamos que en el relato de Hofmannstahl, el halcón comienza a dar círculos sobre la Emperatriz. Esta reconoce el talismán en sus garras y trata de atraer al ave.
Seducido por el suave trato de la mujer, el halcón deja caer la joya.
En el talismán, la Emperatriz puede leer una enigmática inscripción en donde se vuelve a repetir la advertencia de conseguir de inmediato una sombra, amenazando con la petrificación del Emperador.
La Emperatriz comprende que el único sitio donde puede encontrar la sombra es la Tierra.
Strauss le da al halcón un nuevo tema, relacionado directamente con el talismán y aquel se expresa con voz humana:
Wie soll ich denn nicht weinen?
Wie soll ich denn nicht weinen?
Die Frau wirft keinen Schatten,
der Kaiser muß versteihnen!
(Como no voy a llorar?
como no voy a llorar?
La mujer no tiene sombra,
el Emperador debe convertirse en piedra!)
Se repite una vez más el tema del talismán, en su forma original.
La Emperatriz demanda a la Nurse que le enseñe la forma en llegar a la Tierra, pero esta trata de desalentarla comentándole los duros momentos que viven los humanos .
De lograr su objetivo sería una mortal más, incluso sometida a la esclavitud por otros mortales. Finalmente, ante la insistencia de aquella cede a guiarla y mostrarle la forma de conseguir una sombra.
En su exposición, la Nurse desarrolla varios temas, entre ellos uno que encierra las horribles cosas y sucesos que envuelven a los hombres y mujeres del plano mortal.
Es un espléndido momento orquestal!.
Strauss nos hace sentir con su música como los protagonistas descienden al mundo terrenal.
Si cerramos los ojos sentiremos el momento como una realidad!!.
El tema de la sombra aparece una y otra vez, agregándose nuevos motivos que se intercalan con todos los aparecidos hasta ahora. Se desarrolla así un espléndido momento sinfónico.
Preste atención como las tubas toman el tema del llanto del halcón, dándole un carácter grave y lúgubre a la vez.
Es el cambio de escena..
Se oyen poco usados instrumentos como gong orientales, castañuelas, xilofones y uno muy peculiar que suena como “máquina de viento”. Incluso aparece un nuevo tema que se relacionarán con los grotescos personajes de la próxima escena.
Cuando se corre el telón vemos la humilde y desordenada casa de los Barak en donde los 3 hermanos (uno jorobado, otro manco y el tercero con solo un ojo) discuten y pelean.
Para calmarlos, la Mujer de Barak las arroja un recipiente con agua
Es un momento de alta vibración escuchar la voz de van Dam como Barak bajo un cierre con cuerdas dando lugar al dúo con su mujer:
–Dritthalb Jahr
(Durante 2 años y medio)-
Es atractiva la idea de buscar paralelos o identificaciones de los diversos personajes, obvio no solo en esta ópera.
Creo que es un efecto buscado por Strauss, sobretodo cuando se profundiza en su biografía y en el entorno que rodea cada una de sus creaciones.
Sin embargo, las ambivalencias y giros de las formas en que Richard se nos presenta hacen difícil estructurarlo en un arquetipo.
Mientras escuchamos a Barak, lo asociamos con los raptos de sencillez y humanidad de Strauss (islas quizás?) e inevitablemente a la mujer de aquél con Pauline (su esposa en la vida real).
En su diálogo con su esposa , ésta le “dispara” directamente que después de estar juntos durante dos años y medio aún no tienen hijos.
Barak le responde mientras ordena las telas recién teñidas, lo mucho que le gustaría tener niños que los rodeen y corran alrededor de su mesa.
La Mujer se aparta, insatisfecha con la respuesta de su esposo.
Los motivos siguientes, son esencialmente humanos. Pero sigamos con un nuevo dúo que conmueve.
Barak, entre barítono y bajo, hace vibrar hasta las fibras más íntimas de nuestros vecinos. Trata de calmar a su esposa con una de las melodías mas impactantes de esta ópera
Aus einem junjgen Mund gehen harte Worte
Nuevamente voces acopladas a la orquesta y no solo acompanadas por ella.
Strauss inserta un interludio para remarcar la bondad del momento en forma de subidas y bajadas de las cuerdas.
Los esposos continúan ordenando las telas; ella mantiene sus ojos en el piso y las cuerdas nos apabullan con una melodía espléndida. Es un momento único que culmina con ambos arrodillados sin mirarse.
Continúa la Mujer en tono triste ante la no menos triste mirada de Barak; arrepentido éste de sus palabras nos sigue impactándonos con su canto y aparentemente a su mujer también, quien entra a su casa llorando.
Barak se dirige al mercado.
Entre juego de luces y efectos especiales (que hacen tan difícil de producir a esta obra!) aparece la Emperatriz con vestimenta de sirvienta, junto a la Nurse con extraño vestido como un damero blanco y negro. La orquesta marca su arrivo retomando parte del tema de su descenso a la tierra.
La Mujer, asombrada, retrocede.
Cuando esperamos que sus preguntas se dirijan a la forma mágica en que las dos mujeres aparecieron, solo se interesa por el motivo de su “visita”.
La Nurse no le da tiempo a pensar a la Mujer, abalanzándose sobre ella con un torrente de adulaciones sobre su belleza. Continúa burlándose de Barak “confundiéndolo” con un sirviente porque lo ha visto yendo hacia el mercado con un pesado cargamento en sus hombros.
Luego comenta como se desperdiciaría su belleza si quedase embarazada.
La Emperatriz no participa de esto. Al contrario, manifiesta clara simpatía por la mujer de Barak.
Ich will den Schatten büssen den Sie wirft!
(Yo besaré la sombra que ella posee!).
El comportamiento histriónico y seductor de la Nurse llama la atención, dirigido a convencer a la Mujer para que les venda su Sombra. Esta, como es lógico, no comprende el significado de esa petición.
Su canto suena semejante al de las Ninfas de Ariadna en Naxos, pero hacia la mitad del segmento la musicalidad llega a otro clímax con un espectacular dúo de la Nurse con la Mujer.
Recordemos la constante lucha de sentimientos que debe padecer la Nurse:
· quiere volver a su mundo “espiritual”
· para ello la Emperatriz no debería conseguir una sombra
· sin embargo ha descendido con ella a la tierra
· trata de convencer a la Mujer de Barak por diversos medios para que le venda la sombra a la Emperatriz
· existirá un motivo más fuerte por el que ella luche por el éxito de la Emperatriz?; el Emperador quizás?.
La melodía arrastra compases que nos recuerdan el primer monólogo del Emperador y al tema de la Sombra.
Continúa el diálogo entre las dos mujeres:
La Mujer de Barak:
Meine Seele ist satt geworden
der Mutterschaft eh sie davon verkostet hat
(Mi alma está saciada con la maternidad
antes de haberla degustado).
Siempre en forma siniestra, la Nurse le obsequia una espectacular corona de joyas que le coloca con ceremonia en su cabeza.
El tema de la sombra aparece de fondo constantemente y en varias tonalidades. Adopta además diversas modalidades temáticas y en conjunto se lo suele llamar el motivo de la “Tentación”.
Paralelamente, se desarrolla el tema de la Compra y el Precio de la Sombra.
Finalmente, la Nurse revela que pretenden comprar la sombra de la Mujer de Barak, preguntándose cuál sería su precio, si joyas, esclavos u otros lujos.
Ante la duda, la Nurse aumenta la presión de su oferta para tentar aún más a la Mujer. Transforma el sitio en un maravilloso palacio, con esclavas que tratan a la Mujer como una Princesa.
Tanto el colorido acompañamiento orquestal, como el movimiento en el escenario hacen juego.
La Emperatriz se suma al juego de tentaciones. Su voz se transforma en la de un joven seductor.
Cuando la Mujer comienza a hablar, el palacio comienza a desaparecer y con él las esclavas. El sitio retoma la apariencia original.
Es el momento de la Renunciación, cuando la Mujer de Barak pregunta:
Und hätt ‘ich gleich
den Willen dazu –
wie tät’ich ihn ab
und gäb ‘ihn dahin –
den an der Erde,
ihn, meinen Schatten?
(Aunque yo lo deseare
como podría hacer
para dejar esa cosa en la tierra,
mi sombra?)
La que ahora apura la respuesta es la Mujer!.
La Nurse le responde:
Abzutun
Mutterschaft
auf ewige Zeiten
von deinem Leibe!
(Tu cuerpo debe renunciar
a la maternidad
para siempre)
El motivo se refiere a la abnegación de la maternidad a través de la venta de la sombra y la trampa a la que se ve expuesto el Niño no Nacido, fusionándose con el tema que concierne a la esterilidad de la mujer de Barak.
Imprevistamente vuelve Barak.
Su mujer se presta rápidamente a prepararle la comida, pero la Nurse se le anticipa y con sus poderes mágico deja limpia toda la casa y todo queda listo en un par de segundos.
Con el tema de Kaikobad de fondo, la Nurse produce un baile mágico de 5 peces voladores que flotan hacia las llamas de la cocina.
La Emperatriz y la Nurse se desvanecen, dejando a la Mujer de Barak asombrada y aterrada por lo que ha presenciado.
Se oye el chisporroteo de los peces en el aceite caliente.
Precedidos por xilofones y “máquina de viento” se escucha el llanto de Los Niños no Nacidos de Barak que cantan suave y pacíficamente. Es el segundo tema fundamental de este fragmento y de la ópera en general, que se intercala con el llanto y desesperación de la Mujer, “estamos en la oscuridad y tenemos miedo!”.
Mutter, Mutter, laß uns nach Hause!
Las voces imploran que los dejen entrar a la casa….
El cierre del primer acto se centra en la garganta de Barak.
Comienza con un ambiente tenebroso, aún más grave cuando la Mujer utiliza el estilo de prosa teatral.
El canto final del barítono suena triste. El personaje está en cuclillas en el piso comiendo un trozo de pan.
Desde el exterior se escuchan las voces de vigilantes nocturnos. Ellos cantan versos que comentan como los maridos y mujeres se mienten en todo el pueblo.
Barak se duerme mientras la orquesta casi lo arrulla
Es una pincelada impresionista con tonos pasteles.
Cambiamos el CD relajados y distendidos, aunque con el presentimiento de nuevos e inminentes sacudones.
El segundo acto comienza.
El tema se centrará en la purificación de las dos parejas. El desarrollo es complicado, debido a que en sus cinco escenas muchos detalles no están explicados.
Cuando el telón se levanta, la orquesta ataca vigorosamente con el leimotive de la Mujer de Barak
Este es ayudado en sus tareas por la Emperatriz disfrazada de sirvienta. Los 3 hermanos observan sin intervenir.
La Nurse corre desde el dormitorio llamándolo y con palabras hipócritas lo convence para irse.
Mientras que la Nurse vuelve a intentar que la Mujer le revele sus más íntimos sueños; la música se torna seductora y ondulante, con tres nuevos motivos.
La Mujer niega conocer otro hombre que no fuese su esposo, ni aún en sueños. Sin embargo, ante la presión, confiesa que en una oportunidad vió pasar a un joven en el puente de la ciudad.
Inmediatamente y aunque la Emperatriz muestra su desagrado por la forma en que se suceden los hechos, la Nurse le dice a la Mujer que cierre sus ojos y al abrirlos tendrá al Joven de sus sueños a la vista. Golpea luego sus manos haciendo aparecer la figura de un muchacho.
El tema musical ya había sido oído en segundo acto. En un comienzo parece una figura fantasmal, pero progresivamente va tomando vida.
La Mujer esta aterrada y curiosa a la vez, lentamente se acerca y tentada le toma sus manos.
La Nurse incita a la Mujer a apurarse, mientras que un invisible coro femenino se hace eco de su palabras.
La orquesta martilla el tema de Kaikobad y la Emperatriz agitada anuncia la vuelta de Barak. Su temor por el encuentro de éste con el joven imaginario es remarcado por los vientos con el tema de la Humanidad.
La Nurse hace desaparecer al joven y el sitio retoma su ambiente habitual.
Ingresa Barak sumamente alegre, después de una exitosa jornada en el mercado, junto a sus hermanos y niños de la calle.
En la casa lo único extraño es la palidez de su esposa.
Todos celebran, hasta el burro, con excepción de la Mujer de Barak
Se combinan varios temas en un himno de alegría.
La Mujer, en un rincón, se asea con frenesí, pero sus pensamientos aún están con el joven “imaginario” – recordado con flautas y oboes-
Barak ordena a sus hermanos que coman mientras disculpa el comportamiento sin sentido de su esposa.
Los violines comienzan un motivo con sordina, acompañando la comida. Barak también invita a su sobrina (La Emperatriz disfrazada), pero la Mujer reacciona violentamente.
Barak y sus hermanos se unen en un desordenado canto, tratando de ignorar el inexplicable humor de la Mujer
La escena termina con una recapitulación con espléndido coro mixto y el nostalgioso canto de la Mujer que llora su miseria.
Cae el telón, pero la orquesta sigue en un Tutti fantástico (en el straussiano sentido de la palabra).
Cada uno puede cerrar los ojos y “ver” las imágenes que quiera, sienta o pueda.
Vientos agudos repiten el grito del halcón. Las cuerdas nos lo muestra en nuestras mentes flotanto entre tenues nubes de algodón.
Súbitamente el canto de un cello nos traslada a la espesura de un bosque en una noche con luna llena.
Este interludio es una pieza de colección. Hay un gusto a Tchaikovsky, en especial por la forma en que dialoga el cello con las cuerdas, pero es en el fondo Strauss de pura raza. Confieso que en este momento se me han erizado los pelos de la piel.
Con este espléndido momento aún en desarrollo sube el telón.
Repitiendo el leimotive del emperador del primer acto e intercalando los gritos del halcón se abre el segundo monólogo de aquél:
Falke, Falke, du wiedergefundener
(Halcón, Halcón, perdido y nuevamente hallado).
Esta vez el romanticismo reemplaza al tono heroico del 1er. acto con extraordinario clima de intimismo y soledad.
Sienta el canto de las cuerdas bajo el grito (llanto?) del halcón. Véalo volar entre los árboles…
Sin duda, otro de los clímax de esta obra y bajo mi punto de vista: EL SEGUNDO MOMENTO de la obra (tenga usted paciencia hasta el tercer acto para enfrentarse para lo mejor!).
Este, es por suerte, un largo monólogo. Sugiero que se repita desde el inicio del 2do. acto.
Cuando finalmente el Emperador ve al halcón, ha perdido el sentido de su persecución.
Está de pie frente a una casa aparentemente desierta y desde las sombras ve aparecer entre los árboles a su esposa y la Nurse.
Siente que su mujer le ha mentido. Tenor y orquesta alcanzan máximos niveles de calidad.
El emperador prepara una flecha que rápidamente deshecha para reemplazarla por un sable, su destino: la Emperatriz, pero también la arroja al piso. Ni siquiera podría hacerlo con sus manos!.
Ahora el halcón está cerca de él, quien le pide que lo aleje de ese sitio, llevándolo a otro lugar en donde nadie sepa de sus penas y lamentos. Arrodillado implora mientras Strauss nos sacude.
Cae el telón con toda la orquesta a pleno.
Breves rezagos del llanto del halcón y un interludio de 32 compases en donde adivinamos parte de Er wird zu Stein .
Cambia la escena nuevamente a la casa de Barak.
Le advierto al lector que ya no tendrá descanso hasta el final.
La acción se desarrolla en el comienzo del fatídico tercer día y cuando el telón sube, Barak está por relajarse de su tarea cotidiana.
El primer motivo musical de esta escena es característico, siendo la Mujer la que se expresa primero:
Es gibt derer, die haben immer Zeit
( Existen algunas personas que siempre tienen mucho tiempo).
La melodía nos muestra la amargura de la Mujer.
Cuando Barak le pide a su esposa algo para beber, ésta le dice que ahora tienen sirvientes para esas tareas (refiriéndose a la Emperatriz disfrazada de sirvienta).
La Nurse aprovecha para volcar en la bebida de Barak un somnífero. Luego, lleva a su esposa a un costado y le comenta lo hecho. Sin embargo, ésta la sorprende reaccionando en forma opuesta a lo que esperaba.
Evidentemente La Nurse no ha comprendido el real sentimiento de la Mujer.
En esta instancia Strauss nos presenta uno de los motivos principales de la Opera. Violin y Cello se contraponen en un gran momento!
Veremos hacia el final, como este tema se desarrolla ampliamente.
La Mujer desea fervientemente volver a encontrarse con su “imaginario” cortejan-te. Incluso se siente incómoda con la cercanía de su marido.
Con los minutos, su enojo disminuye, con lo que la Nurse aprovecha para volver a hacer aparecer al Joven “imaginario”.
El nuevo enfrentamiento de La Mujer, el Joven y la Nurse se enmarca en una serie de temas que ya oimos en escenas anteriores.
Las dos mujeres comienzan “una competencia de canto”.
Es una corta pieza de concierto que se transforma en trío wagneriano, derivando en el tema principal antes comentado.
Impactan los sobretonos del tema de la Tentación.
Habitualmente el Joven se posiciona dando la espalda al público, mientras que su voz surge de un cantante tras bambalinas, doblada por una trompeta.
La Nurse aviva el fuego con sensualidad y un manifiesto espirito diabólico, aumentando la impresión del mágico momento con la caída del Joven a los pies de la Mujer, aparentemente sin sentido.
La Nurse comienza a alejarse junto a la Emperatriz, dejando a la Mujer confundida bajo el halo de la tentación. Súbitamente, esta quiere alejar el hechizo y entre sacudones y salpicaduras de agua despierta a un confundido Barak.
Nas schlief ich so schwer?
(Por qué me dormí tan profundamente?).
Sigue una reprimenda de la Mujer acusándolo que ha abandonado su deber de proteger la casa contra ladrones; todo bajo totanalidades Stravinsky-like:
Ein Handwerk verstehst du sicher nich
(Una artesanía que tú seguramente no entenderás).
Mientras tanto, la Nurse oculta al Joven bajo su capa.
Barak se pone pie, y agita un martillo en forma amenazante.
Su esposa le arrebata el arma y continua con su reprimenda, pero su tono ha cambiado y así lo notamos en la música.
Tanto Barak como La Nurse no han comprendido la médula de los sentimientos de la Mujer; obviamente, por motivos opuestos.
Barak, confuso, no entiende el comportamiento de su esposa:
Ich höre und weiß nicht,
was eines redet…
(Yo escucho y no entiendo
lo que ella dice…)
Los últimos momentos de esta escena le corresponden a la Mujer.
Nos encontramos nuevamente con el tema de la Renunciación, esta vez desarrollado por los componentes más graves de la orquesta.
Ella compara a su esposo con una mula que atraviesa un abismo sin preocuparse por su profundidad.
La Emperatriz se acerca a Barak, con sentimiento de simpatía y lástima. La acompañan los violines con el tema de la culpabilidad.
Mientras la orquesta finaliza el momento con una expresiva Coda, la Mujer se retira junto a la Nurse que le cubre los hombres con una mantilla.
Barak queda pensativo, arrodillado y rodeado de sus herramientas. Pronto se da cuenta que no está solo; pregunta quien lo acompaña. La breve y humilde respuesta es de la Emperatriz que ha sido silenciosa pero atenta testigo.
Ella se acerca cautelosa, con mezcla de simpatía y lástima hacia el humano.
El telón cae y la orquesta continúa con un interludio que comenzando con las cuerdas va in crescendo.
En la nueva escena nos encontramos en el dormitorio de la Emperatriz en la casa del halcón.
Aquella descansa en la cama a cuyos pies la Nurse se muestra con una espléndida capa.
Sus sueños nos llegan por ondulantes ondas sonoras relacionadas con Barak.
Desaparecen las paredes.
El escenario es ahora una cueva y los temas pasan por el 2do.motivo del em-perador y el llanto del halcón.
Bajo el constante grito del halcón vemos tumbas cavadas en las paredes de la cueva y tenues aunque titilantes luces. El emperador parece correr tras el ave (que en realidad lo guía) a través de una grieta en las paredes.
Detrás de una puerta de bronce se oye el rumor de un torrente de agua y desde el interior de la montana se escuchan veces que gritan: “Al agua de la vida”
Los gritos del halcón toman las forma de palabras:
Die Frau wrigt keinen Schatten!
(La mujer no tiene sombra!).
Con el halcón volando sobre su cabeza (y las nuestras), el Emperador traspone la puerta metálica.
Desaparece la cueva y las luces del dormitorio vuelven a su intensidad original.
Strauss da rienda suelta a su imaginación: en pocos compases desarrolla un nuevo poema-sinfónico a la manera de Zaratustra!
Maderas y cuerdas nos levantan una y otra vez!
Atravesamos lo increíble enfrentándonos a el Agua de la Vida y el Umbral de la Muerte!
La Emperatriz se despierta de su sueño (y entendemos que todo lo anterior fue producto de su mente) lamentándose por la suerte de su marido.
La música vuelve a intercalar el llanto del halcón con el leimotive del Emperador (en tono menor) mientras la Nurse es testigo mudo de la desesperación de la Emperatriz que clama por Barak diciendo que todo lo que toca muere.
Nueva caída del telón con el tema de Keikobad de fondo.
La música se desvanece y estamos nuevamente en la casa de Barak, preparándonos para la transacción de la Sombra.
Es la escena final del segundo acto. La oscuridad es casi total y premonitoria.
La Nurse tranquiliza a la Emperatriz, prometiéndole que finalmente su plan será una realidad:
Es sind Übermächte im Spiel
(Grandes Fuerzas están en juego).
Un breve sexteto que involucra a los 3 hermanos, la Emperatriz, Barak y la Nurse.
Es el momento en que entre diversos efectos especiales, la Mujer confiesa a Barak de la materialización del Joven de sus sueños y del pacto que ha realizado renunciando a su fertilidad.
Es un momento de lucimiento para la soprano, que con fuerza y estilo wagnerianos nos hace respirar muy suavemente para no romper el encanto del momento.
La Mujer mira con enojo a Barak:
Es gibt derer
(Hay algunas personas…)
Barak, consternado, llama a sus hermanos para encender un fuego que permita ver con claridad a su esposa y si es verdad que ya no tiene su Sombra.. Sus palabras son apoyadas por trombones y bajo continuo.
Los tres hermanos se lamentan.
La Nurse apronta a la Emperatriz para recibir la anhelada Sombra, pero aquella duda y finalmente la rechaza.
La Nurse recurre nuevamente a sus poderes mágicos haciendo aparecer una espada en la diestra de Barak. El tema es desarrollado por los vientos.
Mientras Barak mantiene la espada en alto, su Mujer canta un aria en donde le dice que todo fue un sueño y que su fue su boca la que la traicionó.
“Si debo morir por algo que no sucedió….
entonces mátame rápidamente!”.
La soprano continúa su cabalgata escalando agudos asombrosos.
El cierre de este acto, es una nueva vuelta de rosca musical.
La Mujer se dirige a Barak con firmeza y seguridad de una muerte inminente:
Barak, ich hab’ es nicht getan!
(Barak, yo no lo hice!).
Por ello y con la ayuda de los 3 hermanos, la mano que sostiene la espada se afloja, cosa que también le sucede a nuestras rodillas por el impacto del sonido que Strauss nos arroja a la cara!
Las paredes tiemblan y se abren dejando fluir el agua que contenían.
Los tres hermanos tratan de escapar a través de la puerta de bronce, pero los esposos Barak son tragados por la tierra.
La Nurse protege a la Emperatriz rodeándola con su capa. Las luces se apagan pero la voz de aquella aún suena con los vientos a pleno
Übermächte sind im Spiel!.
Zu mir her!
(Grandes Fuerzas están en Juego!.
Pobre de mí!.)
Ver estas escenas bajo esta música es algo que no se puede transmitir con palabras.
Acto tercero.
Abren vientos y timbales en tono sombrío, girando sobre los motivos de Barak y su esposa.
Cuando el telón sube nos ubicamos en algún sitio bajo la tierra. Se agregan arpas y celestas, con reminiscencias de el tema de los Niños No Nacidos
Dos cuartos separados por una delgada pared. En uno de ellos Barak, en el otro su mujer. Ninguno de ellos sabe de la existencia del otro.
Lucen desesperanzados.
Vientos suaves con bajos de fondo hacen una breve introducción.
Nuevamente se oyen las voces de los Niños No Nacidos como tortura para la Mujer.
Es un nuevo monólogo en donde Hildegard Beherens (repito que en la versión de Solti) nos regala un grandioso momento:
Schweigt doch, ihr Stimmen!
(Voces, silencio!).
En realidad es un diálogo que comienza con el cello y luego es tomado por todas las cuerdas. La Mujer ruega por silencio y le pide perdón a su esposo.
La soprano nos deleita en octavas altas. A su sollozo se les une las flautas en compases semejantes al grito del halcón.
Barak responde en un pasaje que aconsejo almacenar en nuestra carpeta ad hoc para repetir más adelante. Apoyado en los cellos, el tono es de perdón.
Mucha atención a este soberbio fragmento que luego se transforma en un espectacular duo:
Mir anvertraut dass ich sie
herge, dass ich sie
trageauf die se Händen
Comparto plenamente la opinión de Osborne que es es el MOMENTO MAXIMO de esta ópera !.
Después de 3 minutos de gran musicalidad Barak se lamenta por no haber podido ver a su esposa una vez más y calmar sus temores: sentimientos que implican haber pasado la primera de las Pruebas.
Lo confirman las trompetas que le dicen que es libre de dejar su prisión:
“Auf,gehnach o ben, Mann, der Weg ist frei”.
Las luces destacan una escalera tallada en la pared de piedra.
Impulsado por extrañas voces Barak comienza a subir lentamente. La Mujer sigue sus pasos mientras que pesadas nubes cubren la escena.
No se distraiga en estos momentos.
La música que acompaña la aparición de la escalera es un sello de Strauss. Es un interludio apasionado.
En forma de rombo, con el crescendo en la mitad termina con clarinetes y oboes que repiten el letimotive del segundo monologo del Emperador.
El cambio de escena se realiza sin telón.
En un barco sin timonel, la Emperatriz descansa con su cabeza apoyada sobra la falda de la Nurse. Al llegar a una supuesta orilla el ambiente se hace más luminoso y mientras la Nurse la retiene ella trata de desembarcar ante la mirada del Mensajero.
El tema que desarrolla el clarinete es el nos había maravillado con el cello en el segundo acto.
Todo este momento es tenso y extremadamente musical aunque algo confuso en cuanto al libreto.
Sugiero que no saltee ninguna banda porque las maravillas abundan.
Primero el fantástico dúo entre la Nurse y la Emperatriz, con fanfarrias celestiales en el medio y la sempiterna presencia de Keikobad.
Aquella se entera de la forma de la existencia del agua de la vida: Zum Wasser des Lebens. Es SU momento!
La Nurse, trata de disuadirla en una larga exposición arrojándose a sus pies en una dramática súplica:
Ha’b Erbamem!
(Tanta piedad!).
Como si fuera poco, un nuevo pico musical se alcanza con la Emperatriz que finalmente atraviesa la puerta que se cierra tras ella, sin que la Nurse pudiese seguirla.
Comienza con breves compases de los vientos a su máximo esplendor, para luego agregarse la soprano y desarrollar esta deliciosa pieza de la misma talla y altura de los dos monólogos del tenor.
No se puede aplaudir, no hay tiempo ni espacio.
La Nurse con sarcasmo (con “la máquina de viento” de fondo) y la Emperatriz con pasión siguen adelante:
Was Menschen bedürfen?.
Betrug ist die Speise, nach der sie gieren!
(Quién necesita un hombre?
El fraude es el alimento a los cuales ellos pertenecen!)
y luego:
Menschen! Menschen!
Wie ich sie hasse!
(Hombres! Hombres!
Oh como los odio!).
¿Una máscara que se cae quizás?.
Como si no hubiese más tiempo, los hechos se precipitan.
La Mujer busca y clama por su esposo, aún si el deseo de él es matarla.
La Nurse continua con sus imprecaciones contra los hombres y Barak…. bueno, con lógica y olvidado de sus rencores busca a su mujer con frenesí.
La Nurse trata de convencer a Barak que su Mujer lo busca solo para guiarlo hacia la muerte y que debe vengarse castigándola:
Strafe sie, räche dich, schnel!
(Castígala! Véngate de ella!. Rápido!).
Distribuidos en dos tríos y un cuarteto desarrollan un espléndido cuadro con tono profundamente dramático y toda la percusión en acción, incluyendo platillos y redoblantes.
Entre truenos y tormentas, la oscuridad se hace presa del escenario.
La Nurse ha caído en desgracia total y al tratar de entrar al templo de la montaña el Mensajero le impide el paso. Por haber fracasado en su misión la envía en el barco hacia el mundo de los hombres.
Ella sube y se desmaya mientras la orquesta estalla en una tormenta fenomenal. Testigo de la escena, Barak se aterra.
No podemos distinguir nada con claridad por lo tenue de la iluminación.
Tras la música, las voces de los personajes (la Emperatriz, la Mujer y Barak) buscándose, guiándose.
La escena cambia gradualmente hacia un templo.
Aparece la Emperatriz y espíritus portadores de antorchas. Todo en penumbras.
Son las últimas 8 bandas y todo 5 estrellas!, con un breve recitado intercalado de la Emperatriz. Esta pide ayuda y consejo a su padre.
La introducción del primer violín clásicamente straussiano nos hace olvidar por un momento la trama; junto al momento del cello del 2º acto son dos piezas que bien podrían estructurase separadamente.
La voz de la Emperatriz surge brusca y progresivamente, lista a someterse al juicio de Keikoboad. Sienta sus pianísimos mezclados con el violín y el tenue fondo orquestal.
Con este fragmento se completan los tres grandes picos de la ópera!.
La Emperatriz le confiesa a a su padre haber fracasado en conseguir una Sombra, aunque ha comprendido el significado del sacrificio .
Es el motivo del Sacrificio:
….canta la trompa apoyándose en un arpa
….el violín hace escalas ascendentes.
….el arpa continua con xilófonos y oboes.
Esto no existe…no puede existir!.
Otro segmento para repetir -y van….-
En respuesta al alegato de la Emperatriz aparece una fuente con El Agua de la Vida , por eso las arpas y celestas en un efecto casi continuo.
Se hace visible un Ser Espiritual – El Guardian del Umbral– que estimula a la Emperatriz para que beba de la fuente; de esa forma adquirirá la sombra de la Mujer de Barak y las características de la humanidad (en realidad Hofmannsthal había originalmente descrito dos de estos seres y con mucho más de demoníaco que de divino)
Doech weich’ich nicht!
Mein Platz ist hier
(Aun no me iré,
mi lugar es este).
dice la Emperatriz.
En ella ha comenzado a tomar forma la duda sobre el destino de la Mujer en el caso que le ceda “su” sombra.
Los temas de la Culpa y la Ansiedad marcan su remordimiento.
Finalmente rehusa beber.
Ha pasado su Prueba.
Aliviada de haber tomado una decisión, pasare lo que pasare, la Emperatriz clama para que su padre, Keikobad, se muestre y la juzgue.
La música hace un crescendo estremecedor, junto a un juego de luces y cortinas, pero en lugar de aparecer Keikobad se ve al Emperador petrificado.
El recitado de la Emperatriz hace más dramático el momento, precedido por los golpes de gong.
Ella no tolera su impotencia ante la imposibilidad de hacer algo por su marido y cae cubriéndose la cara con las manos.
No puede cantar; su lamento es prosa:”….se ha cumplido el destino!!”..
Se arrastra aproximándose a la estatua. La escoltan bajos, trombones (que se ubican detrás del escenario reforzando a la orquesta) y hasta un órgano.
Pide morir.
Su terror se incrementa cuando ve que los ojos del petrificado Emperador adquieren un brillo especial y siguen sus movimientos. Los platillos nos hielan la sangre.
Voces subterráneas repiten el tema del Halcón y el custodio de la fuente del Aguda de la Vida, vuelve a tentar a la Emperatriz.
El Guardián del Umbral repite sus sentencias para seducirla.
Para hacer a la oferta más tentadora, el misterioso personaje le dice que con solo acceder verbalmente (ya no hace falta que beba el agua) no solo logrará su Sombra, sino que volverá a la vida al Emperador.
Arrastrándose por el piso la Emperatriz duda.
En esos momento se oyen las voces desesperanzadas de Barak y su mujer, entremezcladas con el motivo de Kaibobad.
La Emperatriz se derrumba en llanto, deseando morir antes de sucumbir a esa doble tentación!.
Con total silencio orquestal, declama dramáticamente:
Ich will nicht!
(Yo no lo haré!!).
Cuerdas con sordina anuncia la desaparición de la fuente.
Agudo trémolo de cuerdas precede al tema de la Emperatriz, ahora en un violín.
El tema de la Sombra aparece disfrazado mientras que un rayo de luz comienza a crecer hiriendo a la oscuridad desde abajo.
Una larga sombra “arranca” desde los pies de la Emperatriz.
El Emperador se levanta de su trono y desciende hacia ella.
Por tercer vez nos canta el Emperador y con el no hay término medio:
Wenn das Herz aus Kristall
(Cuando el corazón de cristal).
Las voces de los niños llaman madre y padre a la pareja imperial. Estos estallan en un dúo intensamente romántico.
Estallan fuegos de artificio.
Reconocemos dos o más temas principales. Los tonos cambian . Tenor, soprano y orquesta nos hacen un repaso glorioso!.
El escenario cambia a un espectacular paisaje con una cascada en el medio: el reino de Kaikobad
Bajo tonos épicos, la pareja sube hacia las alturas.
Ya un poco olvidados, reaparecen la Mujer y Barak en. Los niños les cantan : Mutter,dein Schatten!
(Madre, tu sombra).
El tema de la Sombra sufre una transformación musical y también la Sombra propiamente dicha, que se convierte en un dorado puente (había sido el tema que los Cuidadores Nocturnos cantaron en el primer acto).
En el escenario se extiende una de las telas que vimos en la casa de los Barak. Es el puente-unión de la familia, en donde la vida se perpetúa y que permite el encuentro de las dos parejas, mientras que un un himno en Mi mayor brota de Barak.
Se les une el Emperador para que luego y con la brillantez que esperamos y encontramos, las dos parejas finalizan la obra aunque las ultimas palabras pertenecen al coro de niños no nacidos.
Agradezco que haya terminado, mis sentidos no toleraban más…..