Ibert Jacques

Fecha Nacimiento: 15 de agosto de 1890 en París
Fecha Muerte: 5 de febrero de 1962 en París

Jacques Ibert estudió en el Conservatorio de París siguiendo el curso de composición con Paul Vidal y ganando varios premios en la entidad en 1914. Su carrera fue interrumpida por el servicio militar hasta 1919. Entonces fue desmovilizado y obtuvo el Prix de Rome con su cantata Le Poete et la Fee.

Durante su estadía en Roma no sólo escribió numerosas obras importantes, tales como Ballade de la Geole de Reading y la famosa suite sinfónica Escales. Además viajó extensamente por Italia, España y Túnez, ganando una experiencia que afectaría a su trabajo.

Más tarde, en 1937, estuvo de vuelta en Roma como director de la Academie de France, un cargo que mantuvo hasta 1960. Entre 1955 y 1956 también administró la Reunion des Tetares Lyriques Nationaux y a partir de 1956 integró el Institut de France.

Con excepción del oratorio, Ibert realizó contribuciones importantes a todos los géneros creativos. Su producción total es difícil de definir en términos estilísticos debido a que los elementos son extremadamente diversos. Ibert deseaba estar libre de las influencias y nunca se interesó por modas pasajeras.

Ibert comenzó su carrera estudiando arte dramático antes de dirigirse a la música en particular. Como sucedió con Debussy, la música de Ibert está relacionada con otras artes y la expresión musical era parte de una respuesta imaginativa total a todos los aspectos de la experiencia.

Ibert fue uno de los compositores franceses más “completos”. Las siete óperas que escribió (dos en colaboración con Honegger) poseen un carácter liviano y Angelique ha sido la más popular. Una de sus partituras más importantes y satisfactorias es el ballet Le Chevalier Errant basado en Don Quijote y que expresa en términos generales el conflicto interno humano moviéndose entre la esperanza y la desesperación.

En su música orquestal Ibert buscó una expresión estilizada de la emoción antes que de la sensación. Eligió formas clásicas como base pero las flexibilizó e incluso fantaseó con ellas siempre con un profundo sentido del balance y sin llegar a ser excéntrico como otros colegas. Un estilo ecléctico que era exacto y elegante supo expresar ideas imaginativas en un ropaje orquestal perfecto.

La brillantez y la fantasía toman muchas formas excitantes en obras como FeeriqueOuverture de Fete o Bacchanale, mientras que la Symphonie Marine es una rica obra romántica, un canto del amor y de la muerte. Entre sus otras obras instrumentales el Concierto para Flauta es reconocido como una obra maestra en el género.

Dentro de la música de cámara de Ibert sobresale por su brillantez y profundidad aquel Cuarteto para Cuerdas completado bajo las terribles circunstancias de la Segunda Guerra Mundial. El Trío para violín, cello y arpa también pertenece a esos años y fue escrito para la hija del compositor, una talentosa arpista.